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jueves, 23 de diciembre de 2021
miércoles, 11 de agosto de 2021
Setenta veces siete
“21
Pedro se acercó entonces y le dijo: ‘Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar
las ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces?’ 22 Dícele Jesús: ‘No
te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete’. 23 ‘Por eso el
Reino de los Cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus
siervos. 24 Al empezar a ajustarlas, le fue presentado uno que le debía 10.000
talentos. 25 Como no tenía con qué pagar, ordenó el señor que fuese vendido él,
su mujer y sus hijos y todo cuanto tenía, y que se le pagase. 26 Entonces el
siervo se echó a sus pies, y postrado le decía: ‘Ten paciencia conmigo, que
todo te lo pagaré.’ 27 Movido a compasión el señor de aquel siervo, le dejó en
libertad y le perdonó la deuda. 28 Al salir de allí aquel siervo se encontró
con uno de sus compañeros, que le debía cien denarios; le agarró y, ahogándole,
le decía: ‘Paga lo que debes.’ 29 Su compañero, cayendo a sus pies, le
suplicaba: ‘Ten paciencia conmigo, que ya te pagaré.’ 30 Pero él no quiso, sino
que fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase lo que debía. 31 Al ver sus compa1ñeros lo ocurrido, se entristecieron
mucho y fueron a contar a su señor todo lo sucedido. 32 Su señor entonces le
mandó llamar y le dijo: ‘Siervo malvado, yo te perdoné a ti toda aquella deuda
porque me lo suplicaste’. 33 ¿No debías tú también compadecerte de tu
compañero, del mismo modo que yo me compadecí de ti?’ 34 Y encolerizado su
señor, le entregó a los verdugos hasta que pagase todo lo que le debía. 35 Esto
mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si no perdonáis de corazón cada uno
a vuestro hermano”.
El
ejemplo que pone el Hijo de Dios a Pedro para que comprenda lo que supone perdonar
quizá le sirvió a quien, tiempo después, debería ser perdonado.
Aquel
siervo debía mucho dinero. Mucho se le debía perdonar. Y su señor le perdona
mucho porque mucho le debía. Y debía mostrar agradecimiento. Y a su señor
seguro que se lo mostró. Pero no hizo lo mismo con quien a él le debía muy
poco.
Perdonar
lo poco es, también, importante. Pero, de todas formas, el perdón debe alcanzar
a todas las ofensas que se nos infieran porque ya dice Jesucristo que debemos
perdona… siempre.
JESÚS, gracias
por enseñarnos, con tu vida, qué es el perdón y hasta dónde llega el mismo.
Eleuterio Fernández Guzmán
martes, 10 de agosto de 2021
Estar reunidos en nombre de Cristo
Seguir a Cristo
Jn 12, 24-26
domingo, 8 de agosto de 2021
Debemos ser prudentes
Mt 25,1-13
“En aquel tiempo, Jesús
dijo a sus discípulos esta parábola: ‘El Reino de los Cielos será semejante a
diez vírgenes, que, con su lámpara en la mano, salieron al encuentro del novio.
Cinco de ellas eran necias, y cinco prudentes. Las necias, en efecto, al tomar
sus lámparas, no se proveyeron de aceite; las prudentes, en cambio, junto con
sus lámparas tomaron aceite en las alcuzas. Como el novio tardara, se
adormilaron todas y se durmieron. Mas a media noche se oyó un grito: ‘¡Ya está
aquí el novio! ¡Salid a su encuentro!’. Entonces todas aquellas vírgenes se
levantaron y arreglaron sus lámparas. Y las necias dijeron a las prudentes:
‘Dadnos de vuestro aceite, que nuestras lámparas se apagan’. Pero las prudentes
replicaron: ‘No, no sea que no alcance para nosotras y para vosotras; es mejor
que vayáis donde los vendedores y os lo compréis’. Mientras iban a comprarlo,
llegó el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de
boda, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron las otras vírgenes diciendo:
‘¡Señor, señor, ábrenos!’. Pero él respondió: ‘En verdad os digo que no os
conozco’. Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora’”.
COMENTARIO
Cuando el
Hijo de Dios habla a los que le escuchan lo hace de forma que pueda ser
entendido pues, de otra forma, su misión no hubiera podido cumplirla con
demasiada eficacia. Y hace uso de parábolas que resultan más comprensibles
haciendo uso de costumbres y de comportamientos tradicionales del mundo judío.
Hay quien
cree que, a lo mejor, a la hora de salvarse para siempre, para la vida eterna,
le será suficiente con arrepentirse de lo mal hecho en el justo momento de
morirse como si no importase nada lo hecho con anterioridad. Lo que pasa es que
no se suele saber cuál es tal momento y, a lo mejor, al llegar al mismo no
estamos, siquiera, para darnos cuenta de lo que importa.
Hay quien,
sin embargo, sabe que llegado el momento de la muerte es necesario estar
preparado pues, de lo contrario, le espera una vida futura más que peliaguda.
Por eso, como las vírgenes sensatas o prudentes, preparan su alma para tal
momento sabiendo que, cuando llegue, podría ser demasiado tarde.
JESÚS, ayúdanos a prepararnos para cuando nos llame a
su Tribunal tu Padre del Cielo.
Eleuterio
Fernández Guzmán
sábado, 7 de agosto de 2021
El pan de vida
Jn 6, 41-51
“41 Los judíos murmuraban de él,
porque había dicho: 'Yo soy el pan que ha bajado del cielo.' 42 Y decían: '¿No es éste Jesús, hijo de José,
cuyo padre y madre conocemos? ¿Cómo puede decir ahora: He bajado del cielo?' 43
Jesús les respondió: 'No murmuréis entre vosotros. 44 'Nadie puede venir a mí,
si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo le resucitaré el último día. 45
Está escrito en los profetas: = Serán todos enseñados por Dios. =Todo el que
escucha al Padre y aprende, viene a mí. 46 No es que alguien haya visto al
Padre; sino aquel que ha venido de Dios, ése ha visto al Padre. 47 En verdad,
en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna. 48 Yo soy el pan de la vida.
49 Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron; 50 este es el
pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. 51 Yo soy el pan vivo,
bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo
le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo.'”
COMENTARIO
Es
cierto y verdad que había muchos que no creían en el Hijo de Dios y dijera lo
que dijera no iban a seguir sus palabras. Por eso, como nos dice este texto
bíblico, había quien murmuraba que, como sabemos, es algo muy propio de la
envidia.
Jesucristo,
sin embargo, que los conocía muy bien y tenía muy claro que siempre iban a
procurar confundirlo, les explica que Él salvará, en todo caso, a los que
escoja Dios para ser salvados y, entonces, serán resucitados el último día, como
dice Cristo.
Dice
el Hijo de Dios que es, Él, el pan bajado del cielo. Y eso supone que comer su cuerpo,
como dice aquí mismo aunque no lo parezca, es la única manera de ser salvado.
JESÚS, gracias por ser el Pan vivo bajado del Cielo.
Eleuterio Fernández Guzmán