Pensamientos acerca de la cruz
El amor que Cristo manifestó, a lo largo de su vida, por todos y cada uno de los seres humanos, llegó al momento culminante cuando dio su vida colgado en unos maderos. Lo que quiso hacer el Hijo de Dios es demostrar hasta qué extremo se puede llegar si se ama al Padre y si, por eso mismo, se es capaz de soportar la carga que recae sobre nuestros hombros y sobre nuestro corazón.
Como Cristo, debemos mirar hacia adelante sabiendo que, al acompañarlo con nuestra cruz, no estamos nada extraordinario sino, en todo caso, ordinario del todo: ser capaces de cumplir con nuestra misión de hijos de Dios.
Eleuterio Fernández Guzmán
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