Los datos sobre la pertenencia de Manuel Lozano Garrido a Acción Católica nos los aporta don José Utrera Infantes, amigo personal de Lolo.
El caso es que Lolo ingresa en Acción Católica a los 11 años. Y lo hace con plena conciencia de lo que eso supone al correr, entonces, el año 1931 y ya proclamada la II República en España caracterizada, desde el primer momento, por la persecución sin cuartel contra todo lo que fuese o sonase a católico. Pero Lolo, que era un joven con una fe muy arraigada, no lo duda ni un momento.
Lolo no ingresa en Acción Católica para ser, digamos, un número más dentro de la organización. Y es que llega a ser Secretario del centro (y Vocal de Propaganda) de la misma en Linares que, para más señas, fue el segundo que se fundó en España después del de Madrid.
Nos dice también don José Utrera que el mismo Pedro Poveda, hoy San Pedro Poveda, también de Linares (Jaén, España) conocía muy bien a Lolo a ser un gran conocido de su familia y, en concreto, de su abuelo.
Lolo, por tanto, tenía más que claro que era de Acción Católica y allí iba a permanecer pasase lo que pasase. Y, es más, en su medio de comunicación, de nombre “Cruzada” escribiría el linarense universal sus primeros artículos donde publicaría, por cierto, uno en 1958 (en el mes de mayo) sobre su viaje a Lourdes de título ”Aquí Lourdes: La fe, la caridad y la esperanza tienen su capital: Lourdes – Tres días viendo el milagro” del cual, si Dios quiere, nos gustaría hablar aquí mismo algún día…
El caso es que Lolo pertenecía a Acción Católica y eso suponía, para él mismo, algo así como un pasar al hacer dentro de su fe católica. Y por eso, siguiendo el espíritu de la misma, que tiene que ver, más que nada, con el anuncio del Evangelio a todas las personas a las que pudiera llegar el mensaje de Dios según las circunstancias en las que se encuentre el mundo y el lugar en concreto, cumplió con su misión a la perfección. Y es que, para Lolo, la acción católica (ahora con minúsculas para referirnos al hacer mismo) era, antes que nada:
Saberse incardinado en el mundo y, en concreto, en su tierra y en su pueblo y llevar ahí la Palabra de Dios,
Reconocer la especial situación por la que estaba pasando la fe en sus días (años 30 del siglo XX) y actuar en consecuencia sin miedo y sin cobardía,
Verse afectado en lo más íntimo de su corazón por el cumplimiento de una misión así,
Ser capaz de sustraerse al ambiente general y hacer prevalecer en su vida el reconocimiento de su fe católica.
Comprender, y llevar a la práctica, lo que supone ser hijo de Dios con gracias y dones entregados por parte del Padre que deben ser puestos en valor y hacerlos efectivos,
Perseverar en el cumplimiento de un ser religioso a pesar de todos los pesares.
Como podemos ver, la acción católica de Lolo era la propia de la Acción Católica en cuanto a institución religiosa que debía procurar el cumplimiento de unos fines básicos y procurar que los mismos tuvieran la máxima difusión civil. Y eso hizo que muchos de sus miembros (por ejemplo en su pueblo, Linares, habían matado al Presidente, al Consiliario y a varios jóvenes de Acción Católica, precisamente, y sólo por, serlo) recibieran anticipadamente la salida de este mundo por una vía no demasiado ortodoxa…
Lolo, pues, en Acción Católica, era como rubricar, con una firma de eternidad, una forma de ser que, en efecto, cumplió perfectamente tal como suelen hacerlo aquellos que saben que su fe es verdadera.
Eleuterio Fernández Guzmán