viernes, 24 de enero de 2025

Un año más de Lolo


 

Podemos imaginar a nuestro amigo común, Manuel Lozano Garrido, ver pasar la hoja del calendario del 31 de diciembre y darse cuenta de que, dadas sus circunstancias, ha podido hacer eso. Y luego, una vez caído en la cuenta de que ha pasado un año, saber que tenía otro por delante para hacer lo que Dios le permitiera hacer con sus dones y gracias.

No hay duda alguna de que Lolo sabía aprovechar muy bien el tiempo, que supo hacerlo con el que Dios le dio. Por eso es seguro que tuviera más que claro que un año más era, en primer lugar, una bondad de parte de su Creador y, en segundo, que debía aprovecharlo lo mejor posible para que el fruto de aquella siembra del Sembrador fuera lo más cercano al 100% de cosecha. Y, aunque nosotros sepamos que superó con creces tal tanto por ciento lo bien cierto es que él eso no lo sabía aunque su intención era que sí, que estaba dispuesto a dar lo mejor de sí mismo en bien de todo el que pudiese “aprovecharse” de eso.

El caso es que nosotros también hemos pasado hace pocas semanas la hoja del calendario o, en todo caso, la hemos pasado en alguna de las muchas formas en que hoy día eso se puede hacer. Y también nos damos cuenta de que ya llevamos algunos días (pocos aún para los que han de venir si Dios quiere que vengan…) del nuevo año, el que hace 2025 desde que se comenzó a tomar por el inicio de un nuevo tiempo el nacimiento del Hijo de Dios. Y también queremos que, como le pasaba a Lolo pero teniéndolo en cuenta a él mismo, sea un año para hacer rendir muchos nuestras gracias y dones.

Nosotros, como bien sabemos, somos amigos de Lolo. Y por eso, el Beato de Linares (Jaén, España) es como un espejo en el que mirarnos pero en el que no salga nuestra imagen sino la suya y su vida, existencia y devenir nos sirva como ejemplo.

Ante un nuevo año mirado al respecto del Beato Lolo nosotros queremos que su influencia en nuestra vida sea clara, diáfana o, como poco, importante según seamos capaces de aceptar su ser en el nuestro y nos sirve en bien de nuestro corazón.

Nosotros, por tanto, queremos que:

-Lolo siga siendo una imagen con respecto al qué, al cómo y al cuándo de nuestra fe,


-Lolo permanezca en nuestros corazones y allí los “colonice” con su verdad, la verdad misma de Dios puesta para ser tenida en cuenta,


-Lolo viva en nosotros y nunca olvidemos el bien que nos hace,


-Lolo nos incumba tanto que siempre estemos atentos a lo que nos dice,


-Lolo camine a nuestro lado por mucho que eso pueda extrañarnos según su condición física en vida…., porque aquí hablamos del espíritu y del alma,


-Lolo sea fuente de ilusión, fuente donde poder beber el agua limpia de una fe limpia,


-Lolo siga inculcando en nuestro proceder y ser tan característico como fue el suyo donde tanto tenía que ver el amor a Dios y a su prójimo,


-Lolo siga marcándonos el camino hacia el definitivo Reino de Dios llamado Cielo,


-Lolo, Lolo, Lolo…


Es seguro que cualquiera podría poner aquí mismo, a continuación de lo dicho arriba, muchos otros aspectos que no somos capaces de ver ahora. Y eso porque cada amigo de Lolo sabe cómo ha influido en su vida nuestro amigo, cómo puede influir ahora mismo y cómo puede hacerlo en un futuro. Por eso dejamos al ser de cada lector que ponga lo que tenga por oportuno poner en su haber con respecto a Lolo o, mejor su “deber” al respecto del linarense universal.

Es cierto y verdad, por otra parte, que no sabemos qué nos va a deparar el año empezado recién. Sin embargo, sí sabemos lo que Manuel Lozano Garrido, a la sazón Lolo, a la sazón Beato de la Iglesia Católica, puede ayudarnos a ser mejores hijos de Dios y, por tanto, a cumplir con su santísima Voluntad. Y en eso, seguro, salimos más que beneficiados.

¡Feliz año nuevo de Lolo en nosotros!



No hay comentarios:

Publicar un comentario