Quien se acerca a las palabras que Lolo dejó escritas, tanto en sus libros como en los cientos de artículos que publicó en la prensa de su tiempo, es posible y seguro que no verá en las mismas ningún tipo de alago hacia sí mismo. Y con esto queremos decir que quien no conozca nada más que lo que escribió no sepa que, en vida, nuestro amigo tuvo un reconocimiento muy amplio y que era muy tenido en cuenta por aquellos que, al fin y al cabo, otorgan premios y distinciones.
Es cierto que Lolo, según dicen aquellos que le conocieron, no buscaba tales cosas sino que dedicaba su vida a llevar a cabo aquello que era su vocación. Sin embargo, sí hubo quien se dio cuenta de que, en el fondo, aquel sufriente ser humano merecía que se le reconociera lo que estaba haciendo.
En realidad, desde que publicó su primer libro de título “El sillón de ruedas” allá por el año 1961, lo bien cierto es que todo el que se llevaba a sus ojos y al corazón lo que el de Lolo inspiraba se daba cuenta de que allí, por decirlo así, había madera y que algo tan especial como lo que se estaba leyendo debía ser reconocido. Y así fue.
A partir de entonces, como decimos, los premios y distinciones que ahora ponemos (gracias a la Fundación Beato Lolo debemos reconocer y decir) son ejemplo de cómo era considerado en su tiempo quien, entonces, era conocido como Manuel Lozano Garrido sin lo que, con el pasar de los años, vendría con su inscripción en libro de los santos con el título de Beato:
1962: Ganador de los JUEGOS FLORALES de Cazorla (Jaén)
1963: Ganador del premio FEIJOÓ de la asociación Española para El “Progreso de las Ciencias”
1964 y 1968: Becas de Literatura de la Fundación JUAN MARCH
1967: Seleccionado para el premio NADAL (Libro; “Las Estrellas se ven de noche”)
1967: Finalista del premio GABRIEL MIRÓ (Cuento; “Las Hormigas”)
1967: Ganador del premio Ciudad de Villajoyosa (Cuento; “La Trampa”)
1968: Accésit Monte Carmelo (Libro; “Reportaje sobre las cumbres)
1969: Premio Literario Olivo de Oro (Poetas de Jaén)
1969: Premio Ciudad de Salamanca (Cuento seleccionado; “La Medalla”)
1969: Tercer premio Ateneo de Valladolid (Libro; “El Árbol Desnudo”)
1969: Nombramiento Hijo Predilecto de Linares (su ciudad natal)
1970:
Asignación de “su
nombre a una calle de Linares”
1970:
Nombrado Consejero
de Honor en
el “Instituto de Estudios Jienenses”
1970: Premio de Literatura Ciudad de Quesada (Jaén)
1971: Primer premio “BRAVO” Nacional de Periodismo (Conferencia Episcopal)
Podemos ver que apenas hay un año desde que empezó a reconocérsele lo que suponía la letra de Lolo que no tuviera un premio y, entonces, un reconocimiento. Y, es más, tuvo el honor de ser el primer premio “BRAVO” relacionado con el periodismo que otorgaba, y otorga hoy día, la Conferencia Episcopal Española.
En fin, no podemos negar que a Lolo se le tuvo muy en cuenta por parte de aquellas personas que eso debían hacer. Y, lo que es mejor aún… se le tuvo en cuenta, y se le tiene, por aquellos que, de una manera o de otra y en un tiempo o en otro, hemos descubierto que hay quien es capaz de ir mucho más allá de sus propias circunstancias: exactamente hasta el mismo Cielo.
Eleuterio Fernández Guzmán
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